domingo, 20 de agosto de 2017

Todavia recuerdo cuando te vi por primera vez. Estabas  tomando algo, en una terraza de la calle Gran Via. Ese dia tal vez fue un dia de esos en los que te decides por salir a ultima hora. O tal vez llevabas sin ver a ese chico con el que estabas mucho tiempo y estariais hablando de cosas que os han pasado juntos. Pero no, te note la mirada perdida mientras fumabas sin compasion, sabiendo que tras ese,  vendria otro, y otro.. y asi hasta incontables veces. Te vi tan aburrida que lo primero que pense fue en como sacarte de aquel infierno. Pero el infierno era donde estaba yo, y no queria meterte en el mio. Seria como desearle lo peor por que mi infierno es de los peores que puede haber. Te vi tan guapa, tan guapa como la ultima vez que te vi.
Te vi con esa sonrisa tan bonita que hace que sobresalgan tus dientes, tus uñas, cortas, por esa mania tuya tan infantil se mordertelas cuando estas nerviosa o incomoda, con ese pañuelo en la cabeza rosa, que contrastaba con tu boca. Y por un momento decidi amarte asi, por que me enamore ahi, de la chica de la mesa de al lado, de la chica que se reia nerviosa, de la chica que fumaba cammel cada 30 minutos. Fumabas tanto como te quise, y en aquel mismo instante me di cuenta de que hay amores que es mejor tenerlos lejos, por que el amor se acerca a cada momento, esta en una copa de vino, esta en esos labios con los que algun dia llegaste a besarme y a morderme, está en el perfume de una persona, y en las alas, aun que rotas, pero que te hacen libre. Libre. Sin pleonasmos esta vez, libre y sabiendo que nos quisimos. Nos amamos. Nos matamos las ganas y nos matamos a secas. Mia, pero en mi cabeza. Asi es como me.gustas.
Miedo. Ese miedo que tengo y que ni a gritos, ni llorando, ni escribiendo quiere salir. Miedo de nadie sepa sacar ese clavo que un día se me metió tan adentro. Miedo de que nadie vuelva a besarme la piel de la misma manera que alguien hizo un día, ni sepa arrancarme el corazon del pecho.
La manera suya tan bonita y tan destructiva que tenía de mirarme, de entenderme, de reírse.
Tengo muy dentro de mi mil tardes. Mil tardes, y una foto nuestra que aun que borramos, todavía recuerdo y soy capaz de viajar hasta ese día, ese lugar y ese mismo instante.
Me faltan noches, para salir a buscarle y arriesgarme una vez mas, a sabiendas de que el no va a estar. Nunca estuvo, y siempre lo diré, siempre me fascinará esa manía que tenía de no ser mío, y tampoco ser de nadie.