La manera suya tan bonita y tan destructiva que tenía de mirarme, de entenderme, de reírse.
Tengo muy dentro de mi mil tardes. Mil tardes, y una foto nuestra que aun que borramos, todavía recuerdo y soy capaz de viajar hasta ese día, ese lugar y ese mismo instante.
Me faltan noches, para salir a buscarle y arriesgarme una vez mas, a sabiendas de que el no va a estar. Nunca estuvo, y siempre lo diré, siempre me fascinará esa manía que tenía de no ser mío, y tampoco ser de nadie.
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